Toda mujer tiene que empolvarse la nariz de vez en cuando. No importa si prefiere el maquillaje sutil o llamativo. Normalmente yo elijo un polvo suelto y sé que debemos conocer su aplicación correcta para conseguir un buen efecto.
¿Sabías que el maquillaje en polvo fue el primero en aparecer en los neceseres de las mujeres antes que la base líquida? Antes de que se crearan las bases de maquillaje, las mujeres usaban polvos para resaltar su piel. Sin embargo, los polvos tenían muchas desventajas, se cuarteaban y apenas duraban sobre la piel. Más adelante, a alguien se le ocurrió la idea de mezclar el polvo con algo húmedo (agua, aceite, crema) y crear una fórmula embellecedora cremosa. Así es como surgió la primera base de maquillaje.
Hoy en día, la base y el polvo son dos productos completamente diferentes y no puedo prescindir de ellos en mi rutina de maquillaje. A pesar de que el polvo asienta la base, lo usamos al final del maquillaje para fijar, suavizar y matificar.
Tipos de polvos
No hay muchas opciones en lo que respecta a polvos faciales. Hay básicamente dos opciones, y yo me inclino por una de ellas en concreto.
- Polvo compacto
- Polvo suelto
Obviamente, esta clasificación se centra en el formato. Aún así, debes saber que los polvos pueden tener varios colores (translúcidos o coloreados) o materiales (minerales, bambú, arroz).
Polvos sueltos – mis favoritos
Un polvo suelto es mi elección en la mayoría de casos. Me ocurrió una o dos veces que compré un polvo compacto y desearía no haberlo hecho. Me gustan más los polvos sueltos porque son ligeros, es más fácil controlar la cantidad que usas y además es un placer aplicarlos usando mis amados y suaves pinceles. Acariciar la cara al aplicarlos es verdaderamente agradable y relajante.
¿CÓMO APLICAR POLVOS SUELTOS?
Puedes pasarte fácilmente con la cantidad. Las que ya hayáis usado un polvo suelto sabéis que una aplicación incorrecta implica acabar con la cara acartonada. ¿Cómo se aplica el polvo suelto para conseguir el efecto deseado de piel suave y mate así como un aspecto natural?
1. Aplica el polvo suelto donde es necesario
Cubrirse la cara entera con polvo no es una buena idea. No mucha gente sabe que puede aplicarse exclusivamente en algunas partes del rostro. Como ocurre con el bronceador o el iluminador. Puesto que el objetivo del polvo es dar un efecto mate y absorber el exceso de sebo, debes aplicarlo mayormente en la zona T.
2. Sigue la regla de “menos es más”
La calidad es lo que importa, no la cantidad. Por lo tanto, no abuses del polvo suelto. Aplicarlo en exceso es una forma fácil de conseguir una piel acartonada y un aspecto poco natural. El exceso de polvos sueltos tiende a asentarse en los pliegues de la piel, resaltando las líneas de expresión y haciéndote parecer más mayor. No queremos eso, ¿verdad? Yo recomiendo encarecidamente usar pequeñas cantidades de polvos sueltos y deshacerse del exceso suavemente con una brocha.
3. Escoge varios aplicadores
Aplicar el polvo suelto usando el aplicador que viene con el producto es un error muy común. Si viene con el producto debería funcionar bien pero… en realidad no es así. Una brocha grandecita muy tupida es la más adecuada para el polvo suelto. ¿Por qué las borlas no son adecuadadas? Porque el polvo se introduce en su interior y se queda ahí. Por eso es mejor elegir brochas tupidas. Por otra parte, no tienes que limitarte a un solo tipo de aplicador. Por ejemplo, puedes usar una brocha de sombra de ojos para llegar a los lugares que requieran mayor precisión.
4. No frotes, haz movimientos a toques
La forma en la que aplicas el polvo afecta también al resultado. La regla básica es que tienes que dar toques suaves con el polvo, no frotarlo. Hacer movimientos circulares puede servir cuando quieres quitar el exceso de producto, pero no para aplicarlo. Sé por experiencia que aplicar el polvo suelto a toques da un efecto más duradero y natural.
5. Intenta diferentes técnicas para aplicar el polvo suelto
Hasta hace poco no sabía que el polvo suelto servía para más cosas que para sellar el maquillaje. Puedes usarlo en la zona T para conseguir un efecto mate. Sin embargo, deslízalo bajo los ojos para camuflar errores de maquillaje como sombra de ojos que haya caído sobre las mejillas.
6. Antes de abrir el envase…
… agita un poco. De esta forma, separas el producto para que sea más ligero y fácil de aplicar. Gracias al tamiz que viene con la mayoría de los polvos, no se derramará y te dosificará la cantidad correcta de producto.
¡Espero que los polvos sueltos ya no tengan secretos para ti gracias a estos trucos! 🙂